La población en edad laboral en el mundo se está reduciendo más rápidamente de lo esperado; en Colombia, dentro de tres años tendremos una persona mayor por cada dos adolescentes, lo cual requiere una nueva apuesta económica y política que responda a las necesidades del país.
Por: Dr. Robinson Cuadros – Médico Geriatra
Ex presidente de la Asociación Colombiana de Gerontología y Geriatría
Trabajo por necesidad y en desigualdad
Sentirse útil y productivo genera bienestar físico, mental y emocional a cualquier edad. Ante la transición demográfica acelerada que vive Colombia, podemos asegurar que de la sociedad envejecida del presente y del futuro dependerá la economía del país, lo cual requiere transformar imaginarios frente a las personas mayores y generar espacios de formación para el trabajo, emprendimiento y micro empresa
A pesar de tener actualmente personas de 60, 70 y 80 años muy diferentes a las que teníamos hace 30 años en el país, de acuerdo con la encuesta SABE Colombia publicada el año pasado por el Ministerio de Salud, en nuestro país 36,5% de las personas mayores de 60 años aún trabajan y de estos 73% lo hacen por necesidad y para ayudar a su familia, es decir, el trabajo como sentido de ocupación y productividad se ve tergiversado por la situación de pobreza extrema que sufre el país y que impacta directamente a las personas mayores.
Aquellos que trabajan tampoco reciben una remuneración y condiciones laborales de acuerdo con el concepto de trabajo decente propuesto por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), pues en las zonas urbanas 55% recibe menos de un Salario Mínimo Legal Vigente (SMMLV), y en zonas rurales 76% recibe menos de un SMMLV.
Otra forma de desplazamiento
Actualmente, nos encontramos con personas extraordinarias que rompen los estereotipos negativos de la vejez, como personas de 90 años que lideran empresas de exportación o comercializan en finca raíz o ganado y se mantienen activos viajando y generando nuevos espacios de negocio.
Así también, se repiten historias tristes de personas con gran sabiduría que han sido relegadas por sus hijos o los nuevos talentos que llegan a las empresas y las dejan totalmente a un lado consumiéndose lentamente en profundas depresiones y muertes sociales prematuras, lo cual confirma la teoría de que mantenerse activo en la vejez, a su ritmo, sin renunciar a los sueños, en un entorno saludable, genera grandes beneficios tanto para la persona mayor como para sus familias y sus comunidades.
Atraer y retener el talento de los trabajadores mayores
Entonces, ¿cómo adaptar los puestos de trabajo y los roles laborales a las normas internacionales que hablan de perfiles ocupacionales, ergonomía, horarios y salud laboral ajustada a la capacidad física en la medida que envejecemos? Afortunadamente, la Sociedad Colombiana de Medicina del Trabajo ya está trabajando el tema con el Ministerio del Trabajo. Dado el envejecimiento poblacional, el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos dice que “para mantener la competitividad de un equipo de trabajo, las empresas deben enfocarse en atraer y retener el talento de los trabajadores mayores”, esto sustentado por las siguientes ventajas aprendidas frente a los jóvenes:
- Tienen habilidades de liderazgo.
- Están concentrados en cumplir bien su labor no en ascender.
- Son leales.
- Poseen una buena ética de trabajo.
- Tienen amplias redes de contactos.
Características plasmadas en la última película de Robert de Niro: ‘El pasante de moda’ (The intern) donde las personas mayores le dan un respiro a las empresas, rescatando valores esenciales para disfrutar la vida laboral en un mundo competitivo.
Rompamos la discriminación por edad
La población en edad laboral en el mundo se está reduciendo más rápidamente de lo esperado; en Colombia, dentro de tres años tendremos una persona mayor por cada dos adolescentes, lo cual requiere una nueva apuesta económica y política que responda a las necesidades del país.
Por lo tanto, luego de la jubilación, volver a estudiar, trabajar o emprender un nuevo proyecto no será exótico, lo cual nos invita a romper con la discriminación por edad para acceder a una bolsa de empleo o a una nueva apuesta educativa. La ocupación humana en perspectiva de desarrollo genera grandes beneficios en salud, esto no quiere decir necesariamente que debemos trabajar toda la vida con fines lucrativos, sino generar actividades que produzcan sentido de vida, placer y valor social, que fortalezcan el desarrollo personal y trasciendan más allá del cuidar nietos o hacer las vueltas de los hijos para mantenerse ocupados en la vejez.