El músculo es un órgano formado por fibras contráctiles que le dan firmeza al sistema esquelético del cuerpo, permite la locomoción y el sostén de otros órganos y sistemas.
Por: Elsy Yaneth Porras Franco – Nutricionista dietista
¿Cuál es la función del músculo?
Su principal función es la generación de fuerza, pero, además, mantiene la postura, respiración, digestión e integridad estructural.
Se evidencia pérdida de masa muscular de aproximadamente 1% por cada año a partir de los 40 años de edad, por la interacción de diferentes aspectos relacionados con el envejecimiento. Con esta pérdida de fibras musculares se disminuye la fuerza lo cual compromete a la persona mayor en su locomoción, capacidad de reacción, flexibilidad, pérdida de resistencia física y riesgo de discapacidad, empeorando la calidad de vida.
¿Qué es la sarcopenia?
La sarcopenia es la pérdida de masa muscular relacionada con la edad, más el deterioro de la fuerza o de la capacidad de reacción. Debe ser prevenida con el fin de mejorar la calidad de vida de la persona mayor, evitando el riesgo de fragilidad, discapacidad, caídas, fracturas, institucionalización, complicaciones en caso de cirugías, estancia hospitalaria larga y muerte.
Hay situaciones que empeoran esta pérdida, por lo tanto, el riesgo de sarcopenia en la persona mayor, por ejemplo, la inapetencia, enfermedades crónicas como diabetes, pobre o inadecuada alimentación, bajo poder adquisitivo, sedentarismo, reposo en cama por enfermedades, deterioro cognitivo, Alzheimer, depresión, soledad, aislamiento y más.
¿Qué se debe hacer, entonces?
Para controlar la pérdida acelerada de fibras musculares después de los 40 años se debe adecuar un esquema de alimentación individual, realizar ejercicio físico como un hábito saludable, que incluya ejercicios de fuerza, flexibilidad y tono cardiovascular, siempre con el acompañamiento médico óptimo.
Dentro del esquema de alimentación o nutrición de la persona mayor se tiene en cuenta la edad, actividad física y presencia o ausencia de enfermedades. Después de los 60 años la necesidad calórica disminuye, pero aumenta la de proteínas. Con el mayor consumo de proteínas se logra contrarrestar la perdida acelerada y la poca síntesis proteica de la persona mayor. El total de proteínas del día (1.2 g/kg de peso/día), se divide en tres porciones y cada una se administra en el desayuno, almuerzo y comida.
¿Cómo se deben manejar los alimentos?
En las personas mayores se prioriza la capacidad gástrica y la densidad calórica de los alimentos con el fin de aprovechar al máximo el espacio en el estómago en cada tiempo de comida, brindándole al paciente porciones relativamente pequeñas pero densas en nutrición. Siempre teniendo en cuenta los gustos del paciente, la consistencia de las preparaciones dependiendo de si puede o no, masticar y deglutir.
Es importante atacar la inapetencia, presentando el alimento de forma agradable, atrayente y que genere impacto en el paciente para mejorar el apetito. Evitar presentar porciones grandes de alimentos, en vajilla muy colorida o preparaciones difíciles de entender culturalmente, porque estas situaciones son barreras que afectan el deseo de comer.
Acompañar al paciente en los tiempos de comida, vigilar cuánto está comiendo, ayudarle si es necesario, permitirle comer con los dedos o sin cubiertos si él así lo desea. Lo más importante es que se nutra. No exagerar el consumo de líquidos porque ocupan espacio en la capacidad gástrica del paciente que en muchos casos no suplen ningún valor nutricional.