La mayoría de personas, al pensar en la vejez, piensa en el ‘envejecimiento patológico’ pues se centran en las enfermedades, las complicaciones, las deficiencias, las pérdidas, dificultades para cuidarse a sí mismo, etc.
¿Qué es el ‘envejecimiento normal’?
Pero el envejecimiento no es sólo eso, también está el envejecimiento normal, en donde la persona mayor adquiere ciertos déficits, lo cual es totalmente normal, porque envejecemos desde que nacemos y nuestro cuerpo está trabajando tanto que es normal que ya no funcione tan bien como antes, es por esto que muchas personas mayores tienen problemas para escuchar, para ver, se olvidan de algunas cosas, etc.
Sin embargo, muchos se olvidan del envejecimiento exitoso, en donde se ve a la persona mayor como una persona que puede seguir aprendiendo, puede seguir desarrollándose, una persona mayor que se siente activa, competente y satisfecha consigo misma.
Pero, ¿qué determina que una persona mayor tenga un envejecimiento patológico, normal o exitoso?, eso lo determina el medio, el estilo de vida y la calidad de vida de la persona. Si la persona mayor está en un medio en el cual realiza actividades, está activo, cumple obligaciones, se relaciona con sus familiares o personas allegadas, es más factible que tenga un mejor envejecimiento que una persona que sólo está en su casa o en su cuarto, una persona que no hace nada.
El estilo de vida es importante, porque el envejecimiento es el producto final de toda su vida, es decir, su pasado determinará su envejecimiento, y esto se relaciona con la alimentación, el ejercicio, la educación, el trabajo, los buenos o malos hábitos, el sedentarismo, etc.
Calidad de vida de la persona mayor
La calidad de vida está relacionada con cómo vive la persona mayor, en las condiciones en las que se encuentra, si tiene sus necesidades básicas satisfechas, si está enfermo o no, si recibe algún tratamiento adecuando en caso de alguna enfermedad, etc. Por ello, es necesario enfocarse en una buena alimentación, una dieta balanceada, realizar ejercicios y dejar el alcohol, el tabaco, el estrés y situaciones que los pongan en riesgo.
Muchas personas ven el envejecimiento como un declive, un decaimiento, algo que no mejora, sino que empeora, pero no es así, el envejecimiento también se puede mantener en la misma línea que la juventud o, quizá, seguir creciendo, hay que ser conscientes de que existe una plasticidad y las personas mayores están aptas para aprender todavía, pero teniendo en cuenta que la enseñanza debe ser diferente y realizada por personas especializadas en ello (gerontólogos/as, pisco gerontólogos/as, etc.).
También, se debe cambiar la actitud hacia las personas mayores. Sabemos que en estos últimos años la cantidad de personas mayores está creciendo cada vez más y, por lo tanto, debemos centrarnos en ellas.
Algunas personas piensan: “ellos ya vivieron…”, pero no piensan en: “está vivo y puede estarlo por muchos años más”, por eso, es necesario cambiar la actitud hacia ellas, interesarse en ellas, escucharlas, acompañarlas, apoyarlas cuando sea necesario, porque todos nos sentimos mejor cuando nos sentimos importante para otros, y que somos valiosos para la sociedad.
Quizá se podría aprender un poco más de las personas de la cultura oriental y valorar a las personas mayores por su sabiduría, por sus conocimientos, por sus experiencias de vida, y entender que se puede aprender mucho de ellas, pero también hay mucho que se puede enseñarles, y ellas pueden seguir aprendiendo.