LOS CINCO MITOS MÁS EXTENDIDOS SOBRE EL ALZHEIMER

SALUD
El 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer. Es muy preocupante el desconocimiento que existe en buena parte de la población sobre esta en enfermedad neurodegenerativa, debido a los mitos que existen sobre la misma.
Por: geriatricarea.com

La importancia de conocer la enfermedad en profundidad por parte de las familias y los cuidadores es clave para que los pacientes con Alzheimer tengan una mayor calidad de vida. Es imprescindible satisfacer las necesidades de cada caso y recordar a los familiares que no están solos.

1.El Alzheimer sólo lo padecen las personas mayores

Aunque la mayoría de los casos se dan en las personas mayores, hay casos en los que esta enfermedad se inicia muy pronto. Los pacientes más jóvenes suelen ser mucho más consciente de su diagnóstico y esto les permite poder trazar la hoja de ruta, junto con su familia y los profesionales que le van a acompañar, para decidir cómo quieren ser cuidados en cada fase de su enfermedad y participar en su propio tratamiento.
En el caso de los menores de 65, cuyo funcionamiento social y ocupacional –laboralmente están activos–, se ve especialmente afectado, se recomienda que reciban atención de un psicólogo, para ayudarles a afrontar los nuevos retos que les va a plantear la enfermedad.

2. El Alzheimer siempre genera una conducta agresiva

La agresividad no necesariamente se da en todas las personas que padecen Alzheimer. Lo que sí provoca esta enfermedad son daños en las estructuras cerebrales responsables del lenguaje o la autorregulación de la conducta, entre otras. Las conductas agresivas son una manifestación de la ira y el enfado que, como emoción básica, está presente en cualquier ser humano. 

La ira o el enfado aparece cuando la persona siente que no consigue un objetivo o que sus necesidades o intereses no son atendidos. Si a esto se le suma la dificultad de poder verbalizarlo, debido a una alteración del lenguaje, el sentimiento de frustración se agudiza y aparecen comportamientos agresivos a modo de protesta.

El reto está en establecer un sistema de comunicación válido, en el que los cuidadores identifiquen y manejen aquellos escenarios que puedan generar este tipo de respuesta. Es importante que el cuidador principal sea consciente y sepa reconducir este tipo de situaciones.

3. Un fallo de memoria indica Alzheimer

No necesariamente. Hay personas que, con la edad, manifiestan un deterioro de algunas de sus funciones cognitivas, como la orientación, la atención, la memoria…

El consumo de ciertos medicamentos, la alteración del estado de ánimo y la hipoacusia (disminución de la capacidad auditiva), afectan directamente la capacidad atencional y, sin atención, no hay memoria. El mindfulness (capacidad humana de poder estar en el presente y de ‘recordarnos’ estar en el presente, es decir, constantemente volver al aquí y ahora) puede ser un gran aliado para fortalecer la salud física, mental y emocional, y para cultivar, precisamente, la atención.

4. El Alzheimer evoluciona igual en todas las personas

Las personas no tienen la misma genética y sus biografías e historias personales son únicas, así como la forma en la que gestionan y perciben las emociones. Cada ámbito de conocimiento que se explora y practica va trazando un mapa único en el cerebro, que es, además, donde reside la personalidad. Por lo tanto, la experiencia con la enfermedad y sus síntomas también es diferente.

Se puede dar el caso de dos personas con un mismo diagnóstico, con un perfil socioeconómico y cultural parecido, misma edad y un entorno similar, y que en una de ellas la patología evolucione de forma muy rápida y en la otra, se mantenga más estable desarrollándose más lentamente. 

Las etapas de evolución de la enfermedad son una referencia aproximada a lo que podría ocurrir, no a lo que ocurrirá inexcusablemente. Conocerlas sirve de ayuda a cuidadores y familiares para ir aceptando una realidad que va a cambiarles la vida.

5. El Alzheimer es hereditario

Aunque existe un componente genético, no tiene necesariamente que darse. De hecho, menos de 10% de las demencias son hereditarias. Que un padre o una madre tengan o hayan tenido la enfermedad no significa necesariamente que sus hijos vayan a padecerla.

Al margen de las investigaciones, desarrollar una vida activa y sana, practicar amorosamente el cuidado hacia uno mismo, cultivar el conocimiento, la espiritualidad y la calma, y fomentar nuestras relaciones sociales y afectivas, son factores que influyen directamente en la prevención del Alzheimer y que están al alcance de todos.   

Share this:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *