Las arrugas, normalmente, son signos del envejecimiento o de la exposición a distintos factores externos, como los rayos del sol. También, pueden deberse a una mala alimentación. Conozca los alimentos que debe evitar para cuidar la piel y reducir el riesgo de arrugas.
Por – Hola Doctor – Tomás Vicente
Factores que influyen en la aparición de las arrugas
Las arrugas surgen como consecuencia de los procesos de envejecimiento, aunque también pueden ser temporales, por ejemplo, cuando se somete la piel a una inmersión prolongada en agua. Otros factores que pueden influir en su aparición son: genética, disminución de colágeno, deterioro provocado por el sol, humedad del ambiente, exposición constante al viento, fumar o tener una mala hidratación.
Para reducir la aparición de arrugas y el impacto del ‘paso del tiempo’, puede humectar y limpiar la piel con cremas por las noches, evitar una exposición excesiva al sol y mantener una dieta saludable. Si bien no existe una alimentación anti-edad que haya sido comprobada por los especialistas, puede optar por eliminar o reducir el consumo de algunos alimentos que resultan dañinos para la piel. Veamos:
Carnes rojas
Si bien las carnes rojas son ricas en minerales y vitamina B, también favorecen la aparición de radicales libres. Estas son moléculas inestables que pueden afectar a las células y reducir la capacidad de la piel para generar colágeno (una sustancia rica en proteínas). Para contrarrestar este efecto, los expertos recomiendan consumir frutas y vegetales ricos en antioxidantes, como los de hoja verde, bayas e incluso frutos secos.
Comida salada
Los altos niveles de sodio promueven la retención de líquido, causando un aspecto hinchado. Una forma de solucionar este problema es siguiendo las recomendaciones diarias sobre el consumo de sal, que limitan su ingesta a una cucharadita diaria. También puede optar por alimentos frescos en lugar de los precocidos o en conservas.
Margarina
La margarina es un sustituto de la mantequilla que tiene una importante cantidad de grasas trans o hidrogenadas, responsables de un mayor daño oxidativo y enemigas de una buena hidratación. Esto produce resequedad en la piel, aumenta su grosor, y, por lo tanto, favorece la aparición de arrugas.
Productos procesados
Entre los productos procesados se encuentran los aros de cebollas, papas fritas, salchichas y snacks. No sólo son un peligro para nuestra salud cardíaca, la cantidad de sal y conservantes que tienen estos productos también pueden aumentar el riesgo de inflamación de la piel y arrugas. Además, cuando estas sustancias se exponen al aceite a altas temperaturas, favorecen la aparición de radicales libres.
Cafeína
Aunque la cafeína suele asociarse con el café, también podemos encontrarla en refrescos y energizantes. La cafeína es un diurético y, como tal, favorece la eliminación de líquido del cuerpo. Esto puede aumentar el riesgo de deshidratación de la piel, volviéndola opaca. Los especialistas no recomiendan eliminar el café de la dieta, pero sí reducir su consumo a un vaso diario y evitar los refrescos o energizantes.
Alcohol
El alcohol puede afectar el funcionamiento del hígado, evitando que elimine las toxinas que afectan la piel. Esto causa una serie de problemas como acné, arrugas y pigmentación desigual. El alcohol también absorbe del cuerpo la vitamina A, un antioxidante que es esencial para la renovación celular. Por ello, los expertos recomiendan beber con moderación y alternar cada bebida alcohólica con agua.
Dulces
No solo hablamos de chocolates o pasteles, las bebidas y tragos excesivamente dulces también pueden significar un riesgo. Cuando las personas consumen mucha azúcar (más de 10% de la ingesta calórica diaria), afectan a las proteínas y, por lo tanto, al colágeno y la elastina, que permiten que la piel se vea suave, flexible y libre de arrugas.
Alimentación recomendable
Tanto la dieta DASH –baja en sal y alta en frutas, vegetales, granos integrales, lácteos bajos en grasas y proteínas magras–, como la dieta mediterránea –que recomienda las verduras y legumbres, la fruta, el pescado, las carnes blancas, la pasta, el arroz y los frutos secos, además del consumo de vino con moderación–, cuentan con un gran apoyo y reconocimiento por parte de los especialistas en la salud.
Incluyen muchos vegetales, frutas, grasas saludables (como el aceite de oliva), pescado, semillas, vino tinto y lácteos. Aunque la evidencia científica sobre sus propiedades anti-edad es insuficiente, su consumo se vincula con una mejor salud del corazón y cerebro, buen rendimiento físico y mayor longevidad.
Fuentes consultadas
Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales / Biblioteca Nacional de Medicina de EEUU / Clínica Mayo / Instituto Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa / Sociedad Estadounidense de Nutrición.