EN 2035: ANCIANOS, POBRES Y FREGADOS

EDITORIAL
Según cifras del Dane, en 2035 habrá en Colombia más personas mayores de 60 años que niños entre 0 y 14 años. ¿Estamos preparados para este escenario?
Por: Giancarlo Silva Gómez – las2orillas.co (Adaptación)

Pilas… con este dato

De la enorme cantidad de noticias, en su mayoría hilarantes y vergonzosas, rescato una que pasó desapercibida pero que me merece más de un comentario.

Según cifras del Dane, en el año 2035 habrá en Colombia más personas mayores de 60 años que niños entre 0 y 14 años.  Éste no es un dato menor, si tenemos en cuenta que contamos con un sistema pensional que se basa en los aportes de quienes forman la fuerza laboral activa.

Pero, aparte del colapso en el ahorro de la pensión de vejez, se ve venir, entonces, una escasez de mano de obra que afecta el crecimiento económico y la llegada del ‘impuesto demográfico’ que se impuso en otras latitudes en décadas pasadas y que obliga a legislar sobre la fertilidad y promover beneficios económicos a quienes procreen. Ni qué decir de lo inconveniente que resulta para el sistema de salud la atención de personas mayores, que, a la sazón, tendrán una mayor morbilidad.

De acuerdo con este mismo boletín, las mujeres con posgrado tienden a tener su primer hijo a los 31 años, mientras que las que sólo tienen grado preescolar o ninguno, a los 25 años. Es la superación de un paradigma cultural anacrónico que limitaba a las féminas a un rol fecundador obligatorio, pero que las lleva a una fecundidad tardía que se traduce en una mayor mortalidad en el parto.

La paradoja de las mascotas

En una especie de cuento paradójico, las parejas (y no sólo las homoparentales) optan por no tener hijos por cuestiones de tiempo y de dinero, pero compran mascotas felinas o perrunas, de elevado valor, que llevan a guarderías, a los que prodigan cuidados y visten con esmero, a los que pagan instructores y los pasean en brazos o con artilugios, con los cuales crean vínculos paternales sólidos y válidos, pero que, créanme, son tanto o más costosos que un hijo.

Me asusta sobremanera mirar a lo lejos una vejez sin pensión, y con las pandemias y las altas temperaturas que trae consigo el calentamiento global. Me asusta porque, así las cosas, seré un viejo pobre, potencialmente enfermo, asado a fuego lento y fregado.

A este ritmo, y mientras ponemos a llorar a nuestros viejos en televisión con la carga emotiva de los reality shows, en una suerte de cosificación de la vejez, terminaremos haciendo parques sin atracciones para niños a fuerza de poner máquinas biosaludables para ancianos y pistas de obstáculos para mascotas.

Estamos, mis queridos veteranos, frente a una senilidad colectiva obligatoria. ¡Colombia se nos envejeció!

Premio de consolación: Se anuncia que se brindará la tercera dosis a los mayores de 70 años para reforzar la inmunización.

Share this:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *